jueves, 8 de enero de 2009


Desde el día 27 de diciembre de 2008, el ejército sionista está bombardeando indiscriminadamente al millón y medio de palestinos encerrados en Gaza, un gigantesco campo de concentración rodeado de muros y alambradas, donde todos los suministros necesarios para la vida, desde el agua y la electricidad hasta los alimentos y medicinas, son controlados, y actualmente bloqueados, por Israel. Ya en estos pocos días los muertos se cuentan por centenares, los heridos -sin posibilidad de asistencia- por miles, el sufrimiento de toda la población es indescriptible.

Los trabajadores y las trabajadoras del mundo entero no pueden permanecer neutrales en este conflicto. Su contribución más eficaz debe ser enfrentarse a sus propios gobiernos si éstos son cómplices de la agresión sionista, como es el caso del español, quien mantiene relaciones preferentes con Israel, mientras, de vez en cuando, deja caer alguna hipócrita lagrimita humanitaria por la población palestina.
¡Abajo el estado sionista!

Israel es el resultado del proyecto de los nacionalistas judíos, de aquellos que negociaron después de 1933 con el régimen de Hitler y se negaron a llamar a los judíos de Europa a la resistencia contra los nazis. Israel nació de la expoliación de los árabes de una parte de Palestina por los sionistas, con el soporte imprescindible del imperialismo estadounidense, apoyado por los imperialismos europeos y de la burocracia del Kremlin. El Estado sionista es, desde su creación artificial en 1948, una gran base militar de Estados Unidos en el Próximo Oriente, zona estratégica para el control de las mayores reservas petroleras del mundo. De Estados Unidos depende económica, presupuestaria y militarmente. El ejército de Israel es heredero de los movimientos terroristas sionistas y agente de la división de Palestina y de la expulsión, por una minúscula minoría de los judíos del mundo, de cerca de un millón de habitantes árabes de la parte que ocupa, refugiados desde hace 60 años en los países vecinos, donde actualmente se calcula que alcanzan los 5 millones. Es un ejército colonial, subsidiario del norteamericano en todos los sentidos, que emplea todos los métodos de los ejércitos coloniales contra las naciones que oprimen: expulsiones del territorio, creación de guetos, asesinatos, detenciones 'administrativas' sin acusación ni juicio, torturas, destrucción de viviendas e infraestructuras, castigos colectivos, ejecuciones sumarias, genocidios calculados...

¡Liberación de todos los presos políticos palestinos detenidos en las cárceles de Israel!

¡Derecho al retorno de los refugiados palestinos!



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