martes, 11 de noviembre de 2008

EL ASTILLERO DE LAS ILUSIONES

Olabeaga es un barrio tradicionalmente marinero de Bilbao que ahora vive momentos de incertidumbre, ya que está en el punto de mira de los negocios inmobiliarios del Consistorio de la capital vizcaína. Ajenos pero conscientes del proceso especulador que se avecina, jóvenes de la zona decidieron okupar y rehabilitar unos antiguos astilleros. Más de un año de duro trabajo ha dado fruto : talleres, cine, biblioteca, taller de serigrafía, conciertos, local de ensayo, comedor popular, etc. Pero el Olabeagako Gaztetxea es también un lugar para el debate y el encuentro, para la autogestión y la participación popular.
JPG - 15.9 ko
14 MESES. Tras la okupación y rehabilitación de las instalaciones, el proyecto se encuentra en fase de consolidación.

El pasado marinero de Olabeaga, plagado de bucólicos recuerdos de comerciantes y pescadores. Y otros menos edificantes, como la prostitución, la inseguridad pública, los disturbios, las peleas callejeras y el abusivo consumo de alcohol en las tabernas, forman parte ya de la historia de este barrio bilbaíno. Se trataba de un lugar de marcado carácter marítimo, cuyos habitantes se dedicaban preferentemente a tareas relacionadas con la navegación : reparación y construcción de embarcaciones, transporte de mercancías en gabarras, etc.

Gracias a la etimología popular, parte de todo este conocimiento ha llegado hasta nuestros días, ya que este barrio es conocido como “Noruega”, debido a la estrecha relación que vivieron sus habitantes con las gentes de mar venidas de todo el mundo, y sobre todo de aquel país nórdico.

Apostado en una ventana de la segunda planta del Olabeagako Gaztetxea, con un poco de imaginación, todavía hoy se puede percibir parte de aquellos recuerdos. Una parte importante de la juventud de la zona decidió tomarle el pulso a los problemas de la vivienda y el espacio que sufre esta ciudad cuando ocuparon el antiguo edificio de un astillero. El panorama que se encontraron era completamente desolador. “Había mucha basura, desechos de todo tipo y la estructura tenía desperfectos”, explica Jesús, uno de los okupas.

Han transcurrido más de catorce meses desde que este grupo de jóvenes comenzara, con el apoyo y la ayuda de mucha gente del barrio, las labores de recuperación. Una exposición fotográfica en el interior del gaztetxe muestra incluso los restos del galipote que en otra época sirviera en la construcción de navíos. En la actualidad el aspecto que presenta este lugar es muy diferente. La planta baja está limpia, rehabilitada y sirve para dar charlas y celebrar los conciertos que permiten la financiación de este proyecto popular. “Funcionamos de forma autogestionada, asamblearia y autónoma ; no es lo más fácil pero entendemos que es la forma más democrática de sacar esto adelante ; aquí cada uno tiene su ideología, si no lo hiciéramos así sería imposible”, comenta Uxue, miembro de la asamblea.

Tanto las personas que trabajan directamente en el gaztetxe, como una mayoría de gente en el barrio, piensan que la apertura del centro social okupado de Olabeaga supone un auténtico desafío a los nuevos aires que van imponiéndose en esta ciudad. Juan José Galdós, pensionista de 83 años y vecino de los okupas, afirma que “es mucho mejor que estén recogidos en un lugar que puedan hacer suyo, no sólo no molestan a nadie sino que además le dan mucha vida al barrio”. Por otra parte, se están construyendo una biblioteca y una ludoteca, una cocina para un comedor popular y se están terminando de arreglar algunas goteras del techo. “El taller de serigrafía será pronto una realidad, está casi terminado”, explica Josu, miembro de las Juventudes Libertarias de Iturribide, que también participan en este proyecto. Además, los miembros del gaztetxe han organizado en diversas ocasiones juegos con niños de malabares y maquillaje.

“Aquí en Olabeaga, donde los planes de ordenación incluyen el derribo de todo el barrio, es difícil seguir aportando ilusión, pero estos jóvenes han conseguido dar vida a un barrio que parece sentenciado a muerte”, tal y como expone Gorka, vecino del barrio.


ARTICULO PUBLICADO EN EL PERIODICO DIAGONAL

No hay comentarios: